Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE)

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) son un flujo cada vez más creciente dentro de los residuos domésticos y comerciales. Sólo en España, anualmente las familias producen más de un millón de toneladas de basura electrónica, de las que 750.000 podrían ser recicladas. Actualmente, dos tercios de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), es decir, de todos aquellos aparatos en desuso que requieren baterías o precisan de corriente eléctrica para funcionar, escapan del control y adecuado reciclado (bien porque acaban en vertederos o porque se comercializan a través de flujos paralelos y cauces ilegales incontrolados), con el consiguiente daño al medio ambiente, al ámbito económico y contraviniendo la legalidad vigente (Real Decreto 208/2005 sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE)).

Los RAEE se clasifican actualmente en diez categorías:

  • Grandes electrodomésticos;
  • Pequeños electrodomésticos;
  • Equipos de informática y telecomunicaciones;
  • Aparatos electrónicos de consumo;
  • Aparatos de alumbrado;
  • Herramientas eléctricas o electrónicas;
  • Juguetes y equipos deportivos;
  • Aparatos médicos;
  • Instrumentos de vigilancia o control;
  • Máquinas expendedoras.
Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos

La normativa vigente busca reducir su eliminación en vertedero junto con otros flujos de residuos domésticos y comerciales, reducir la peligrosidad de sus componentes, a través de la recogida selectiva y de una gestión respetuosa con el medio ambiente. Si no se recogen por separado y se someten a tratamientos selectivos de sus componentes y materiales (incluyendo la descontaminación de los aparatos que contienen componentes peligrosos) los RAEE se pueden convertir en una importante fuente de contaminación de los lixiviados en los vertederos, así como de las emisiones atmosféricas en las incineradoras.


Recogida de residuos

Recogida de Residuos

Los RAEE están regulados por el Real Decreto 208/2005, que incorpora la normativa europea sobre la materia. El Real Decreto prevé la creación de Sistemas Integrados de Gestión (SIG), financiados por los productores y para garantizar la recogida selectiva y una correcta gestión medioambiental, así como posibilita que el productor cree un Sistema Individual para gestionar los residuos de los aparatos que produce.

La recogida selectiva de los RAEE se lleva a cabo, para los usuarios domésticos, a través de los sistemas de recogida municipales (Puntos Limpios) y a través de los puntos de distribución y venta (grandes superficies y pequeños comercios). Para los de origen profesional, se recogen en el propio centro o a través de los distribuidores mayoristas. Desde ahí se llevan a los centros de almacenamiento temporal, y posteriormente a plantas de clasificación y tratamiento de residuos peligrosos y no peligrosos.